Francisco J. Calvani A.

agosto - 2017

ALGUNAS CONSTATACIONES INICIALES …

La actual administración del Estado se ha interesado, desde su llegada al poder, por atender e involucrarse con el hecho alimentario en todos los eslabones de la «cadena alimentaria». Aun más, una parte importante del discurso oficial ha estado centrado en el logro de una adecuada «seguridad alimentaria» a través del respeto de la «soberanía alimentaria», es decir a partir de nuestros propios recursos nacionales.
Muchos han sido los lineamientos, las Políticas, y hasta desvaríos, que el Estado ha adoptado en esta materia … Hasta una ley de Soberanía Alimentaria y un malhabido reconocimiento de la FAO hemos llegado a tener …
Y …, desgraciadamente, en estos últimos años, especialmente a partir del 2014, el funcionamiento de esta «cadena alimentaria» se ha ido debilitando sustantivamente. Las situaciones de escasez de alimentos, inicialmente puntuales o de algunos productos específicos, se han venido progresivamente generalizando y profundizando, hasta el punto que las colas a la entrada de los distintos lugares de abastecimiento alimentario son un hecho cotidiano, reflejando un total disfuncionamiento de todo el aparataje alimentario del país.
La reciente creación e impulso de los "Consejos Locales de Abastecimiento y Producción" (CLAP) terminan siendo una aberración institucional, desde todo punto de vista. Al analizarlos desde la óptica del funcionamiento de la «cadena alimentaria», se distorsiona y desnaturaliza la distribución de alimentos.
El Estado se apropia, a través de los hechos, de dicha distribución, al obligar a las estructuras naturales de la «cadena alimentaria», llaménse productores, o agroindustrias, o supermercados y abastos, a entregarle una serie de productos alimentarios básicos, para ser, luego entregados a unas «pseudo-estructuras privadas», los CLAP's, creadas al calor de la premura y de la improvisación, para que éstas se encarguen de la distribución y venta de dichos productos. Al final, todo ello da pie a una serie de comportamientos disfuncionales, y a numerosos acuerdos «informales», que rayan con las normas éticas y las buenas costumbres.
Prácticamente, se tira por la borda complejas, heterógeneas y extensas redes de distribución de alimentos, que aun siendo imperfectas, y hasta deficientes, permitían mal que bien, «entregar» al consumidor final, tanto «rico» como «pobre», los alimentos de su interés.
Con el advenimiento de los CLAP's se ha ido aniquilando la antigüa red oficial de distribución de alimentos (Mercales y Pedevales), así como se ha ido desfigurando la tradicional red privada de distribución de alimentos. Esta «informalización» de la distribución alimentaria, puesta en manos inexpertas, poco conocedoras del oficio, no ha hecho más que exacerbar las inequidades, y contribuir con la inflación al permitir la «institucionalización» de precios «bachaqueados».

ALGUNAS PINCELADAS CONCEPTUALES PARA SU INTERPRETACION

En la búsqueda de criterios de juicio que nos permitan una mejor comprensión de estos hechos, veámos qué nos dicen los conocedores del oficio alimentario …
Atender y resolver las necesidades alimentarias de cualquier poblacíón en cualquier lugar del mundo no resulta una tarea fácil, la cual, de ordinario, exige la contribución y participación de múltiples actores, incluyendo al Estado. Adicionalmente, la alimentación del ser humano no constituye un hecho sencillo, ya que para su adecuada y sana satisfacción se requieren diversos tipos de alimentos, en composición, en cantidad y en calidad.
La expresión «del campo a la mesa» revela el largo y complejo proceso, por el que atraviesan todos aquellos productos, que después de su acondicionamiento y/o procesamiento, terminan convirtiéndose en alimentos, necesarios para el adecuado desarrollo de toda población.
Dada la especificidad y complejidad de este proceso, generalmente se distinguen, de manera esquemática, 3 momentos, a lo largo de esta «ruta alimentaria». En un 1er momento, nos encontramos con la producción primaria o la agricultura, en un sentido amplio. A continuación, muchos de estos productos tienen que ser acondicionados y/o procesados para poder ser consumidos, constituyendo éste un 2do momento. Para que dichos alimentos puedan estar disponibles al consumidor, destino final de todo este esfuerzo agroproductivo, ellos tienen que ser distribuidos de numerosas y variadas maneras, según la naturaleza y composición de dichos alimentos; ocurriendo, así, un 3er momento, de distribución y comercialización. Ya, en este punto, se supone que, la población en tanto que consumidores finales pueden acceder a los alimentos necesarios para la satisfacción de sus necesidades alimentarias.
Si se añade la contribución del comercio exterior, como suministrador de materias primas o de alimentos en cualquier punto de esta «cadena alimentaria», tendríamos un 4to momento.
Pues bien, … estamos ante una «cadena alimentaria» tremendamente heterógenea y compleja … y cuán difícil resulta alcanzar la tan anhelada «seguridad alimentaria» !!

FINALMENTE, ALGUNAS REFLEXIONES DE CARA A LA DISPOSICION DEL PAN NUESTRO DE CADA DIA

Y, mientras más tratamos de entender a los CLAP's, más nos confundimos … !!
Si el interés fuese de sustituir o de crear un nuevo sistema de distribución de alimentos, éste tendría que tomar en cuenta, al menos, una serie de criterios espaciales, técnicos, logísticos, económicos y sociales, que no se observan en el actual funcionamiento de este novedoso y particular sistema de distribución alimentaria, entre los cuales se destacan los siguientes:
-     EL funcionamiento del sistema reside en dos grandes componentes, un tanto aislados de lo que representa y significa la noción de «cadena alimentaria», antes evocada. Por un lado, la presencia de una serie de CLAP's, inequitativamente distribuídos, donde muchos de sus integrantes desconocen o no manejan adecuadamente las particularidades y complejidades del «oficio» de la distribución alimentaria. Y, por otro lado, una estructura de abastecimiento centrada y dirigida desde el Estado, en la cual no se percibe con claridad los diversos matices de su operatividad.
      En momentos, pareciera que, una parte de los alimentos provienen de lo que aún queda de la industria alimentaria nacional o de las redes formales de abastecimiento. Mientras que, en otros momentos, otra parte de los alimentos, y al parecer de manera creciente, proviene del exterior, de otros países, no siempre acordes a nuestros gustos y sabores.
-     Todo parece indicar que, una parte importante del funcionamiento de estos CLAP reside en el aporte voluntario de muchas de las personas involucradas, y en una buena dosis de confianza, de parte de los destinatarios finales, actualmente impregnada de desconfianza y escepticismo, ante las múltiples inconsistencias e irregularidades en su operación cotidiana.
A final de cuentas, la dinámica diaria de este nuevo sistema, supuestamente de distribución de bienes alimentarios, se orienta preferentemente hacia la cooptación y sumisión de voluntades a las políticas gubernamentales, a cambio de una bolsa o caja de comida … Algo así sucedió en las épocas bíblicas, cuando Caín y Abel se pelearon por un simple plato de lentejas …
Finalmente, se termina trastocando sustantivamente la naturaleza y razón de ser de la «cadena alimentaria» del país, socavando valores fundamentales para su funcionamiento y permanencia, tales como la credibilidad, la confianza y la reciprocidad entre los distintos actores que forman parte y dan vida a dicho «flujo alimentario», tan básico y fundamental para la vida de cualquier sociedad o país.
Los CLAP's terminan, a la larga, siendo una estructura inmanejable e insostenible en el tiempo; algo así como una suerte de «realismo mágico» y utópico, propio de los precursores del socialismo de los siglos XVII y XVIII .......


Vicente Pérez*

agosto 2017

Desde hace varios años Venezuela viene presentando una marcada tendencia descendiente en su actividad agrícola vegetal, la cual se ha acentuado a  partir del año 2017, muy al contraste con las cifras oficiales las cuales no son el resultado de un sistema estadístico confiable, como antes existía, sino que en la actualidad los balances agrícolas  son divulgados a través  de las memorias y cuentas del Ministerio de Desarrollo Agrícola y Tierra (MPPAT), documentos que tienen unas variaciones interanuales impresionantes e inverosímiles A pesar de esto el sector agrícola privado realiza un esfuerzo extraordinario de medir y estimar los valores reales de nuestra producción nacional. 
Dentro de esta tendencia descendente en la producción, vemos que cada año la aceleración de la caída es mayor, es así como se observa que este año 2017 presenta uno rasgos preocupantes; comenzando por el rubro más emblemático,  el maíz, este año la superficie sembrada no llegara a las 300.000 hectáreas, cuando en años anteriores estábamos cercanos a las 600.000 has. Pero no solo resalta la caída en la superficie sembrada, sino que su rendimiento por hectárea que rondaba las 3.500 kg/ha, posiblemente baje de manera considerable debido a la ausencia de fertilizantes y agroquímicos. También es importante considerar la disminución en el área de siembra de maíz blanco (para la arepa) y un aumento del amarillo ante las expectativas que el maíz blanco será objeto de una regulación de precio que merma la rentabilidad del productor.
En el caso del arroz a pesar de tener un buen precio la caída en la superficie de siembra se estima en un 50% debido a la falta de semillas junto a la falta de fertilizantes y agroquímicos.
La caña de azúcar que llegó al techo de producir millones de toneladas, en la pasada zafra apenas alcanzó a 3 millones de TM y posiblemente baje más este 2017-18 por la carencia de más de un 90% de fertilizante.
En hortalizas la caída este año llega a un 75% ante la falta de semillas e insumos, donde lo que llega al anaquel es producto de la importación de insumos realizada por los productores a dólar paralelo y con mucho esfuerzo  que se traduce en costos muy altos.
El café, que ha sido el rubro más golpeado en la historia agrícola del país, que producía más de 1.6 millones de quintales anuales apenas logró unos 580.000 quintales el año pasado y este año tal vez repunte levemente ante el buen precio del café en el mercado.
En frutales la tendencia igualmente es a la baja, debido al tema de falta de insumos, pero además resalta un hecho reciente en la naranja, donde acaba de aparecer una plaga (Diaphorina) que está matando las plantaciones y no estamos preparados para responder.
En cuanto a la soya, girasol, ajonjolí y sorgo se está haciendo un esfuerzo por incrementar la siembra este año pero sabemos que la cantidad o superficie no alcanzara los niveles que el país requiere ante la falta de insumos.
Como conclusión podemos citar que este año 2017 será un año perdido en términos productivos y con el agravante que para el 2018 el panorama se ve más sombrío aún.

* Director Ejecutivo de FEDEAGRO

Arquímides Farías, julio de 2017

Entre los venezolanismos populares están las frases "meterse una papa" o "papear" en relación al acto de comer, de alimentarse. Preocupado, como lo estamos la mayoría de los venezolanos por "meternos las tres papas diarias", el pensamiento discurre de forma reiterada sobre este tema de la alimentación. En el caso del Observatorio Venezolano de Tierras, Ambiente y Pobreza Rural la producción de alimentos y la pobreza son temas de especial interés.
Hurgando en las noticias del último mes (julio de 2017), las que seleccionamos para el timeline de nuestra cuenta twitter @OVTierras, me llamó poderosamente la atención un tema. Varios artículos de prensa hacen referencia a la caída de la producción agrícola o la imposibilidad de sembrar diversos rubros en el país. Y pensé ¿este fenómeno podría ser producto de una circunstancia particular, una coyuntura crítica, un accidente en el devenir de la patria? O ¿si, por el contrario, fuese una tendencia marcada en el tiempo?
La curiosidad me vuelca a indagar en algunas páginas con datos, que me permiten hacer mis propios juicios. Una hoja de cálculo es de suma ayuda en eso de verificar tendencias. Una tarea sencilla, podría decirse.
Al indagar en sitios oficiales como el Censo Agrícola desde la página oficial del Ministerio del Poder Popular para la Agricultura Productiva y Tierras (http://www.agriculturaproductiva.gob.ve/), los datos no se hallaban disponibles, para el momento de escribir este artículo en el mes de julio de 2017. La información pública es de difícil acceso en estos tiempos. Una mala señal.
Con el afán de satisfacer mis interrogantes, conecto con los datos disponibles en los portales de Fedeagro, Venescopio e Innovaven. Todas estas bases de datos hacen referencias a las cifras oficiales. La información que en ellas encontré me pareció coherente, consistente, creíble.
Sin pretender ningún grado de exhaustividad o minuciosidad, sólo por la curiosidad malsana de un ciudadano que pretende formar sus propios criterios, revisé estos datos e hice mis propios análisis de tendencias.
Llegué a dos grandes conclusiones, que satisfacen la inquietud original que me motivó a escribir este artículo. A saber:

  1. La caída de la producción de varios rubros agrícolas es una tendencia de larga data, aún anterior al llamado período de la Revolución Bolivariana.
  2. Los tiempos de la Revolución Bolivariana aceleraron todos los motores en picada, agudizan las tendencias negativas en casi todos los rubros de producción de alimentos.

En síntesis me atrevo a opinar que la era de la revolución está signada por el empobrecimiento, la caída en las capacidades de generar prosperidad en el campo venezolano. No ha sido el producto de una ficticia "Guerra Económica" ni el resultado del arduo trabajo de la "Canalla Mediática". Todo se ha precipitado en una avalancha destructiva que inició hace 18 años. Los últimos cuatro años son sólo el colofón del legado, de una revolución bolipopulista y vandálica.
Por ello, no hay papa ni maíz en los platos.

Aquí los artículos que provocaron toda esta inquietud, para que quien leyó este artículo pueda pasearse por el mismo camino de quien escribe:



Manuel Gómez Naranjo, 30 julio 2017


La implantación de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) de manera ilegítima y en contra de la voluntad de la mayoría de los venezolanos, va tener (y está teniendo) unas consecuencias devastadoras para la población. La promesa –a todas luces irracional- de que la ANC traería la paz y resolvería la grave crisis social y económica que afecta al país, realmente producirá unos efectos contrarios de dimensiones dramáticas para el común de la gente. 
Si tomáramos a un ciudadano cualquiera e hiciéramos un seguimiento sobre sus actividades cotidianas la situación sería más o menos así: Elciudadano se levanta con la incertidumbre de sí podrá llegar a su trabajo porque es bastante probable que la gente esté realizando, con toda razón, protestas públicas en procura que se restablezca el orden constitucional. Si logra salir a la calle probablemente se consiga con la sorpresa del aumento de los pasajes porque el precio de todos los bienes y servicios se disparará una velocidad sin precedentes en Venezuela.  
Es posible que ese ciudadano no tenga el efectivo suficiente o los billetes adecuados.Hay autobuseros que ya no aceptan billetes de baja denominación aunque son esos billetes los que entregan los bancos. Y es que el efectivo se ha convertido en un bien escaso en el mercado y como tal se vuelve inaccesible y caro. Los billetes salen del banco pero no vuelven porque la gente los utiliza para “vender efectivo” cobrando entre el 10 y el 25 %. Lo que explica esta escasez de efectivo es que debido a la brutal inflación se cambió el cono monetario pero no se imprimieron suficientes billetes porque, aparentemente, el gobierno no tiene para pagar la impresión de los nuevos billetes. En estos momentos los bancos más grandes están entregando como máximo entre 20 y 30 mil bolívares. Hay que tomar en cuenta que un litro de aceite –al día de hoy- cuesta 26 mil bolívares.
Ese ciudadano posiblemente pueda ir a un Centro Comercial y los dependientes se nieguen a venderle los productos que exhiben porque la devaluación de la moneda será tan brutal que no tendrán referentes para saber cuáles serán sus costos de reposición. Y si concedieran vendérselo a un precio sorprendentemente elevado es posible que el Punto de Venta no funcione porque las “líneas estarán caídas” consecuencia de la falta de inversión en la infraestructura tecnológica controlada por el Estado.  
Ese ciudadano verá agravada la situación para acceder a los servicios de salud públicos y privados) porque se acentuará la escasez de insumos y medicinas, la insuficiencia de personal idóneo (se incrementará la migración de profesionales) y la falta de equipos que se han venido dañando por la falta de repuestos. 
Ese ciudadano probablemente necesite hacer un viaje al interior o al exterior para lo cual tendrá que enfrentar una serie de vicisitudes difíciles de resolver: las líneas aéreas son cada vez más escasas, así como lo autobuses y los taxis. En caso de que logre viajar tendrá que enfrentar los “controles de seguridad” del gobierno, las carreteras destruidas y la delincuencia desatada (la de los malandros privados y los de la fuerza pública) 
Buscará este ciudadano respuestas en los medios de comunicación para aliviar la incertidumbre y solo encontrará el silencio impuesto por la férrea censura del gobierno con la plena aprobación y satisfacción de la ANC que se sentirá a sus anchas para regular la vida de las personas hasta en sus más nimios gestos. Buscará angustiado en las Redes Sociales hasta que un día la omnipotente ANC decida cortar de raíz el acceso a estos recursos alternativos de información para que la noche oscura y el silencio arropen a la sociedad entera. 
Pero a este ciudadano todavía le puede quedar el recurso de acudir a las instituciones públicas para exigir respeto a sus derechos, a la democracia, a su individualidad y solo encontrará reglas deshilachadas de lo que una vez fueron instituciones que proponían cierta certidumbre. Habrá llegado lo que nos habían prometido: el fin absoluto de la libertad y la justicia. 
Este ciudadano seguramente verá pasar ante sus ojos muchedumbres hambrientas buscando en la basura retallones de comida podridos y malolientes. Verá como crecen las colas ante los supermercados medios vacíos. Mirará gente llorar ante la impotencia que impone la miseria y la desesperanza, y contemplará asombrado a millares de familias escapando por las fronteras de este horror impuesto por una ANC que se diseñó, supuestamente, para traer paz y bienestar. 
Ese ciudadano tal vez alcance a ver las consecuencias de un pueblo enfurecido y acorralado por la ignominia.  


Alberto Galindo 


En nombre del equipo técnico de la Fundación CIARA y de las  autoridades del Ministerio del Poder Popular de Agricultura Urbana (MINPPAU), reciban un cordial saludo. Como todos ustedes sabrán  la Fundación CIARA es el brazo ejecutor de las actividades técnicas de la Agricultura Urbana del Ministerio, el cual tiene como objetivo principal implementar la política pública de fomentar el modelo agrícola productivo urbano que contribuya a la seguridad alimentaria de las ciudades de la Patria, encontrando maneras innovadoras de poner en marcha políticas que enfrentan desafíos en los sistemas globales de alimentos. De igual forma la Fundación CIARA es responsable de ejecutar proyectos emblemáticos del semiárido venezolano como son  PROSALAFA III y PROSANESU desde el año 2014.
Es propicia la ocasión para recordar que hoy se está celebrando el 51 aniversario de la Fundación CIARA brindando asistencia y acompañamiento técnicos al campo venezolano.
También me hago porta voz de un fraternal saludo de parte del equipo del proyecto PROSALAFA, proyecto con 24 años acompañado el desarrollo de la agricultura familiar en el semiárido de Lara y Falcón, innovando y capacitando a las familias pobres rurales en la producción agrícola vegetal y caprina, así como en la organización socio comunitario y financiera. El transitar por este territoriode tierras secas, nos ha permitido conocer sus potencialidades, amenazas, vulnerabilidad y riesgo, también, fortalecer metodologías y/o enfoques de trabajo desarrollados por el proyecto que han dado excelentes resultados de cambios en las familias atendidas. 
Hoy queremos compartir con ustedes nuestras experiencias del semiárido en el marco de la celebración del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y Sequia, que se celebra cada año para el 17 de junio, para promover conciencia pública de los esfuerzos internacionales y nacionales de lucha contra la desertificación. El día de hoy es un momento único para recordar a todos que la neutralidad de la degradación de la tierra es alcanzable mediante, la resolución de problemas, la fuerte participación de las comunidades y la cooperación de los diferentes organizaciones que hacemos vida en el territorio. Es por esto que este evento es importante y necesario.
La Desertificación es la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultante de diversos factores, tales como las variaciones climáticas y las actividades humanas.
La desertificación no es un problema aislado, sino que está plenamente relacionado con los cambios climáticos, la conservación de la biodiversidad y la necesidad del manejo sustentable de los recursos naturales. Los vínculos entre estos aspectos y los factores socioeconómicos son cruciales, pues la problemática de la desertificación es un síntoma de ruptura del equilibrio entre el sistema de recursos naturales y el sistema socio-económico que los explota.
La desertificación se debe a la vulnerabilidad de los ecosistemas de zonas secas, que cubren un tercio de la superficie del planeta, a sobrexplotación y el uso inadecuado de la tierra. La pobreza, la inestabilidad de políticas, la deforestación, el sobrepastoreo y malas prácticas de riego afectan negativamente a la productividad del suelo.
El estado Lara se caracteriza por tener aproximadamente un 60 % del territorio en zonas definidas como semiárido, mientras que el 20% como subhumedo seco, esto significa que un amplio porcentaje del territorio es vulnerable a presentar problemas de desertificación. Es importante comentar que estas zonas semiáridas y subhumedas secas representan aéreas potenciales para el desarrollo socio económico del estado, por lo que es necesario implementar planes y proyectos que permitan revertir o mitigar estos procesos de desertificación. 
En este mismo orden de idea, es importante destacar que el Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2013-2019 (Plan de la Patria) y la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), orientan las acciones de planes y proyectos estratégicos que son la expresión anualizada de las metas planteadas en el Plan de la Patria, ejemplo de ello el proyecto PROSALAFA III, que apunta a la Seguridad Alimentaria de las zonas semiáridas de los estados Lara y Falcón fortaleciendo la organización socio comunitaria para la producción sostenible..
Los efectos del Cambio Climático, el cual es un fenómeno que afectas las precipitaciones y la temperatura, harán que la escasez de agua sea mayor, y provocaran también aumento de la frecuencia de las condiciones hidrológicas extremas, provocando graves tensiones relacionadas con el agua, acrecentadas por el crecimiento demográfico, la producción agrícola y el incremento de la salinidad y la contaminación. Este es un tema que debemos darle prioridad. 
Entre otros factores que desencadenan esta situación se encuentran la explotación insostenible de los recursos hídricos, que es causa de graves daños ambientales, incluidos la contaminación química, la salinización y el agotamiento de los acuíferos. Pérdidas de la cubierta vegetal a causa de repetidos incendios forestales, la agricultura de regadío y extracción de carbón vegetal,
Para los movimientos sociales ecologistas en Acción, las actuaciones en materia de protección de suelos deben tener como principal objetivo el desarrollo de una gestión sostenible de las tierras agrícolas, de los recursos hídricos y de la ordenación del territorio. Sin embargo, las políticas públicas en materia agrícola, urbanística e hidrológica deben ser fomentadas para consolidar un modelo de desarrollo sostenible que pudiera prevenir la degradación de nuestras tierras. Hemos hecho pero falta muchas acciones por implementar.
Ahora bien, los más pobres serán los más afectados, a medida que se agravan los obstáculos para el desarrollo sustentable. En este Día Mundial de Lucha contra la Desertificación debemos renovar nuestro compromiso en apoyo de soluciones inclusivas y sostenibles encaminadas a la ordenación de los recursos hídricos en las zonas áridas. 
Los problemas relacionados con el agua son complejos, por lo que las soluciones han de ser igualmente multifacéticas. Esta situación requiere planteamientos innovadores y cooperación en todos los ámbitos, a fin de preservar nuestros ecosistemas, erradicar la pobreza y promover la equidad social, en particular la igualdad entre hombres y mujeres. 
El agua es el denominador común de muchos problemas relacionados con la salud, la agricultura y la seguridad alimentaria, pero también puede ser la solución común. Para ello es necesario el compromiso de todos nosotros, especialmente en beneficio de los más afectados por la escasez de recursos hídricos. Como lo dice el slogan de la ONU para la Desertificación dice que elplaneta es “Nuestra Tierra, Nuestro Hogar y Nuestro Futuro”



Manuel Gómez Naranjo



El semiárido Larense está conformado por dos grandes áreas: la primera conformada por pequeños valles, con escasa tierra agrícola, en donde predomina la crianza de caprinos; por esas razones las familias deben complementar sus ingresos con actividades no agrícolas como comercio y migraciones laborales estacionales a la agricultura o la ciudad. La segunda conformada por grandes cuencas, como Quíbor, Carora y Siquisique, así como otras medianas, como Bobare y El Tocuyo, que tienen gran potencial agrícola pero el manejo del agua de riego es incipiente. En estas regiones, particularmente en Quíbor, Carora y Siquisique hay fincas con tecnología moderna.

En el Estado Lara ya son más de 60 años de esfuerzos, inversiones, nuevas tecnologías, para sacar a los productores de subsistencia de la pobreza, en su mayor parte liderados por instituciones del Estado. Se construyeron muchas lagunas para agua de riego y potable, y cisternas para almacenar agua de lluvia, la mayoría manejadas en forma comunitaria. El enfoque de desarrollo que se privilegió fue el de apoyar a los más pobres y en zonas con poco potencial agrícola o ganadero, por otro lado, hubo una orientación muy decidida al colectivismo o comunitarismo como modelo de organización del proceso productivo. En todos estos años se han logrado algunos avances, pero faltaría saber que otros enfoques y estrategias es necesario aplicar para fortalecer lo que se ha venido haciendo.

Las estrategias de desarrollo para combatir la pobreza rural aplicadas en América Latina requieren una revisión profunda, porque luego de décadas de esfuerzos y enormes cantidades de recursos gastados pareciera que los resultados todavía dejan mucho que desear. Las nuevas estrategias deben incorporar los enormes cambios que están ocurriendo en el mundo como consecuencia del acelerado desarrollo tecnológico, la globalización de los mercados, los enormes procesos migratorios, la emergencia de una nueva generación de políticas sociales (por ejemplo la Renta Básica Universal de la que se está hablando mucho) y los desafíos ambientales.

Un enfoque de desarrollo integrador es lo que se ha dado en llamar la Gestión del Territorio en el Semiárido; este enfoque toma en consideración algunos temas significativos, a saber:
  •         Acceso y saneamiento legal de la propiedad agraria, incluyendo regulaciones y acuerdos para el uso de las tierras comunales.
  •         Manejo de los recursos naturales (agua, tierra y vegetación) lo que implica una adecuada gestión de las microcuencas como sistemas integrados.
  •         Impulso de actividades productivas que no acentúen la disrupción ambiental mediante la aplicación de tecnologías blandas.
  •         Desarrollo social que valore la corresponsabilidad ciudadana y la consolidación de organizaciones autónomas.
  •         Diseños institucionales inteligentes y flexibles que tengan capacidad de articularse, aprender y de mutar al ritmo de los cambios del entorno. 


En los enfoques de desarrollo del semiárido debería prevalecer una visión compartida entre agentes externos y la comunidad, que resuelva el falso dilema entre “comunitarismo” e iniciativas individuales, y la tensión entre la agricultura de subsistencia y modelos más empresariales. El semiárido debe dejar de verse como un problema, y más bien descubrir las oportunidades que ofrece para las comunidades.  
El pasado 30 de junio el Grupo Social CESAP y la Fundación Bengoa realizaron el Foro: “La escasez y el Hambre en Venezuela como Nueva

Realidad”. El Foro tenía como objetivos; i) Revisar la situación actual de la crisis alimentaria (hambre, escasez) y las pautas del derecho a la alimentación, ii) Dar visibilidad a la situación real actual de la alimentación en Venezuela y iii) Apoyar la generación de propuestas desde diferentes ámbitos relevantes que están afectados por la crisis o que pudieran generar opciones de respuesta.

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